Mi cuento de Hadas

Ayer tarde deseé dormirme y no despertar,

no hasta que mi vida estuviera organizada,

hasta que todo pintara bien bonito,

y si no, preferiría no despertar.

No quiero despertar si no es contigo,

con algún príncipe que me traiga tostadas a la cama.

Quería despertar en mi propio cuento,

de esos con final feliz .

Pero ni siquiera sabía quien era.

Siempre quise ser un apuesto príncipe,

pero yo estaba muy por debajo de los demás.

Mi caballo cojeaba, tenía manchas negras,

mis ojos son marrones y me sientan mal las mallas.

No soy ni rico, ni apuesto… nunca sería un príncipe.

Así que decidí ser princesa, presa de algún encantamiento,

y decir que soy mas de lo que uno ve, solo darme la oportunidad

de ser libre de tal maleficio…

pero esa magia no se rompería.

Y me dediqué a pasar los días en el balcón,

a mirar como Romeo se follaba a otra.

Y comí manzanas envenenadas y me pinché con ruecas,

y dormido me pasé años esperando y esperando…

y sólo el tiempo que pasaba era quién me despertaba.

Y me hice viejo, y la única forma que encontré

de enmascarar un poco esta maldita soledad

fue la de sobrevalorarme,

tanto como para no ser merecido por nadie,

alzarme en el cielo y ser una estrella.

Así pondría de relieve mis valores, si,

me haría valer como nadie, porque,

quizás, sea todo lo bueno que puedas tener.

Pero me hice inalcanzable, porque sólo demostrando

que aprecias lo que soy me sentiría amado y, sin poder tocarme,

ese amor no acabaría nunca…

pero soy una estrella que ya no brilla, y será fugaz.

Y ayer me desperté, sin mi vida organizada,

sin mi príncipe y tan siquiera sin saber quién soy.

Y sólo llegué a la conclusión de que no hay cuento para mí.

Porque soy el tipo de persona buena, del que puedas aprovecharte.

De los que se desviven por los demás sin recibir nada a cambio.

El que acaba despechado y uniendo corazones rotos.

La celestina de mi ex, una cenicienta descalza

y una bella abandonada por una bestia.

Gente como yo no cabe en los cuentos,

porque enseñan que ser moralmente acordes es ser fácticamente imbéciles.

Pero hoy todo va mejor,

llamaste a la puerta y entraste en mi vida,

toda desordenada y patas arriba.

Y gracias a ti tomé una decisión.

Paso de este cuento, mañana cojo un tren y me voy contigo.

Siempre he sido una mierda de personaje secundario,

y cada cosa mala que pasaba llegaba sin su moraleja.

Escribamos un cuento juntos, escribe con esa mano,

si, con la que me acaricias, y ahoga la pluma en la tinta de mis sentimientos.

Que no halla más magia que la que surja entre nosotros,

en mi historia de príncipes homónimos.

Y si me quedo dormido bésame cada mañana,

que nuestro cuento aquí no acaba.

 

Category: 2 comentarios

2 comentarios:

40DreamS dijo...

hermoso onii-sama ^^ pero, que no seria mejor, escribir nuestra propia historia, sin esperar que otros la escriban por nosotros, porque eso es parte de madurar, de crecer, de ser mejores personas cada día.

Anna dijo...

Ay mi cari.. que lloro... que bien escribes mi amor *.*

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