1-Aries,el Inocente

Despertó como cada mañana el pequeño y curioso Aries. Tras los que haceres de todas las mañanas, se puso su calzado y salió a curiosear lo que el mundo hoy le podía ofrecer.
Al no encontrar nada, salió de la ciudad por la muralla principal y se dirijió a una pequeña charca.
Aries divisó una rana entre la maleza y se dispuso a cojerla. La escurridiza rana saltó precipitadamente y hechó a correr con sus pequeños saltos.
Al pequeño Aries no le costaba demasiado esfuerzo seguirla, pero si encontrarla.
Durante media hora corrió sin apartar la vista de la rana.Ésta al fin se cansó y Aries pudo cojerla.
Se dió cuenta de que estaba bastante lejos de la villa, casi se había adentrado en el bosque.
Se percató de que a pocos pasos de él se encontraba una pequeña casa.
Para complacer su curiosidad se acercó a ella,y,al querer adentrarse en ella,un estruendo le paró.
Algo había sido lanzado,y a ese estruendo le siguieron varias voces.
Parecía que la conversación se daba entre dos hombres,uno de los cuales se encontraba muy tenso.
El otro daba a entender en su voz que estaba realmente complacido de sus actos.
-¡¿Que dirán si alguien lo descubre?!No quiero pensar lo que Libra haría con nosotros...
¿de verdad merece la pena matarla por esto?
-Tú no lo entiendes...Aunque tampoco hace falta,solo tienes que llevar a cabo lo que te corresponde a cambio de lo que ya tienes.
-Sí,lo se,pero...es demasiado arriesgado.A esas horas quizás haya gente en el lago,mercaderes que pasan para reponer sus suministros y saqueadores que esperan al acecho.
Aries no era capaz de sintetizar lo que por sus oidos entraba.¡Se encontraba junto a la morada de unos asesinos!Tal fué el estremecimiento que sus manos comenzaron a temblar y dejó caer al pequeño anfibio.
-¡Vuelve!-dijo Aries antes de que la rana se escurriera por el hueco de la puerta...pero sin duda no fué lo mejor que pudo haber hecho...
-¿Quién anda haí?-Dijo la majestuosa voz
Aries no maldició su curiosidad tanto como en aquel momento...
Hechó a correr en dirección a la villa tanto como sus pequeñas piernas se lo permitian.
El aire le faltaba y un dolor en el abdomen comenzó a emerger tras unos segundos.
El chico giró la cabeza para comprobar si alguien le seguía. Y efectivamente le seguía, portado por una esquelética figura de oscuros cabellos,el cañón de una escopeta.
Acto seguido,hecharon a volar los jilgueros del bosque debido al sonido del disparo.
Cayó sobre la verde maleza,en la que tan agusto se encontraba tumbado los largos dias de verano,disfrutando de lo que en el día a día podía contemplar,pero esta vez no era igual.
Su visión se comenzaba a nublar,y lo ultimo que vió fué una escurridiza rana cruzando a saltos una pequeña charca roja.

¿Estaba ese fin escrito en su destino?¿o fué obra del travieso azar?

Fuera como fuese,la curiosidad mató al gato.

La Vida Muerta del Reloj.

Vagaba un solitario mosquito por la soledad de la noche,en busca de saciar su sed.
No parecía haber nada allí y nada le llamaba la atención,salvo el sonido del viejo reloj.
Un haz de luz inundó la escena y el mosquito pudo apreciar lo más bonito que en su vida vió.
Nada le importaba ya al mosquito...su necesidad de saciar el hambre había quedado muy atrás,solo una cosa quería,y era alcanzar esa luz,esa magnífica luz.
El péndulo del reloj que,como siempre,se balanceaba de izquierda a derecha,vió lo que una y otra vez ya había visto.Y es que,para el péndulo siempre era lo mismo.Sabía que esa luz no iba a ser nada beneficiaria para el mosquito.¿Pero qué podía hacer el péndulo?Su tarea es balancearse,y nada más,solo balancearse...
El insimismado mosquito se decidió a avanzar.Sólo quería ser amo de esa luz,y a por ella fué.
Se acercó y se acercó...y cuando más cerca estuvo de tocarla algo rápido pasó...
El mosquito tenía ante él lo que nunca habia soñado,pero al tacto de la gloria del mosquito le siguió el desvanecimiento de sus sueños.
¿Por qué?
Pensó el mosquito mientras descendia y se alejaba cada vez mas de su ansiada luz,cuando ya el Edén tocó,tan lejos quedó...
¿Por qué?
Pensó el péndulo mientras realizaba su suave balanceo,cada uno de ellos acababa así,muertos sobre la alfombra del salón,que un cementerio de mosquitos ya era.El péndulo sufria una y otra vez la muerte de aquellos pobres mosquitos,que fueron engañados por aquella desdichada luz.
Sin embargo quizás no era eso lo que al péndulo le consumía.
Aquellos mosquitos lo dieron todo por su sueño,sin mirar cosnecuencia alguna y persiguieron lo que ellos quisieron.Se enamoraron de su bello,pero mortifero objetivo.Y entre el carmín de la alfombra persa se encontraban aquellos mosquitos que todo lo dieron por un sueño.
Y contemplando la escena,con su monótono balanceo,una y otra vez el péndulo los envidiaba.El péndulo nunca podría darlo todo por un sueño.El péndulo sabe que un día también él parará, y se encontrará tan inmovil como los mosquitos.¿Y qué es lo que hay al final?Nada...el péndulo se pasaría la vida balanceándose de izquierda a derecha,de izquierda a derecha,de izquierda a derecha...Pero nunca arriesgaria su vida por su sueño.
El péndulo sufrirá cada día viendo como los mosquitos se desvanecen ante él,sin nada que poder hacer...
¿Quién sabe?Quizás el sueño del péndulo sea ser un pobre mosquito.


Iván Tirado Muñoz