Cuarto menguante

Te quiero en mi cuarto menguante,

en en el que ya a penas entra la luz,

te pienso y las paredes se tambalean,

se estrechan, nos reducen, menguan, nos acercan,

apretémonos tanto que nuestros besos se pesen en quilates.

Follemos como animales en la oscuridad del cuarto menguante,

que todos los secretos queden sepultados en la penumbra,

follemos hasta bien pasada la luna nueva, como si ésta nunca volviera.


Pero sí volverá el cuarto creciente, y te alejarás como se expanden sus paredes,

y ya no te alcanzaré, ni te respiraré, ni te saborearé, ni te veré...

Volverá a entrar la luz a través, y su brillo tenue hará palidecer tu presencia.

Volverá a salir la luna llena, y los demonios despertarán con ella...


Pero hasta que eso pase, te quiero en mi cuarto menguante.

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